Peñafiel, cuna de la Ribera del Duero

Si hay un lugar imprescindible para visitar en la Ribera del Duero es Peñafiel. Su historia dice que fue un punto estratégico en la línea defensiva del Duero, y su castillo que se alza en el cerro majestuoso se construyó para defender cuatro valles; el valle Botijas, el valle del Duratón, el valle del Cuco y el valle del Duero.

Muchos reyes tuvieron que ver en la construcción de su castillo. Sus orígenes son del siglo X, desde Almanzor, Sancho García, hasta Enrique IV. Sin duda el personaje más influyente en la historia de Peñafiel fue el infante don Juan Manuel, sobrino del rey Alfonso X el Sabio, conocido como el infante poeta.

Finalmente fue la familia Girón la que lo mantuvo cuatro siglos, casi hasta nuestros días. Don Pedro Girón, Maestre de la Orden de Calatrava, mandó construir la fortaleza que podemos ver hoy en día.

Conocido como el gran navío de Castilla por la forma de barco que tiene. Castillo totalmente militar. Su construcción está adaptada al cerro, y su torre del homenaje es uno de los puntos más altos de la provincia, a 850 metros de altitud. El castillo se divisa a 13 km de distancia.

Imprescindible no perderse en Peñafiel la Plaza del Coso, la iglesia gótico mudéjar de San Pablo, la Plaza de España con la iglesia de Santa María y la Torre del Reloj, lo más antiguo que queda en el pueblo.

Peñafiel además es uno de los mejores lugares para disfrutar de la especialidad gastronómica de la provincia, el lechazo asado en horno de leña en las tradicionales bodegas merendero.

Hace un par de semanas tuve el honor de guiar por Peñafiel a mis propios compañeros de grupo bodegas Palacio, agradezco un montón a varios de ellos por decirme cosas como "me quedo con la boca abierta escuchándote.." gracias por vuestras palabras, es algo que ayuda a seguir motivando y transmitiendo día a día.