Córdoba y Sevilla para enamorarse

Tenía ganas de volver porque necesitaba visitarlas con más detalle. Escapada de cinco días a Córdoba con paradita de un día en Sevilla, esta vez en familia y acercándose las fiestas de Semana Santa. 

Admito por mil y una razones que Córdoba es una de mis ciudades preferidas, sino la que más. Se comprende enseguida con el hecho de decir que cuenta con cuatro declaraciones "Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO." 

La sensación de caminar por sus estrechitas y empedradas calles, de su judería, de su casco histórico medieval en el interior de su muralla tan bien conservada... es como transportarse a esa Córdoba capital del Al-Ándalus, del califato, del emirato y de los reinos de taifas.


Córdoba ejemplifica la mezcla de nuestras raíces, las árabes y cristianas. Me gusta pensar en ese momento en el que convivían todos; judíos, cristianos y musulmanes, y además, había paz.

Como siempre se ha dicho "para gustos los colores", y yo reconozco que siento gran pasión por el arte árabe, musulmán, islámico, el que nos legó nuestro pasado andalusí.

La Mezquita- Catedral, cristiana hoy en día, es lo más alucinante. Entre columnas, arcos, cúpulas entre las que perderse, es donde la arquitectura islámica se funde con la cristiana y da lugar a esta maravilla.

Primitiva mezquita de Abderramán I

Ampliación de Alhaken II

Arcos polilobulados 

La mezquita a evolucionado con los años, desde Abderramán I qué es la parte original construida entre los años 780 y 788, pasando por Abderramán II y Abderramán III. La ampliación de Alhakén II es mucho más original y trabajada, y sin duda mi parte preferida. Más adelante Almanzor la amplió con ocho nuevas naves hacia el oeste sin utilizar ni piedra ni ladrillo para las dovelas de los arcos, sino fingiéndoles a través de la pintura.

La Torre de la Calahorra desde dónde se divisa la ciudad con su mezquita y su alcázar es una fortaleza islámica y se ha convertido en un museo vivo de Al-Andalus. Totalmente recomendable.


Vista desde la azotea de la Torre de la Calahorra 

Puente romano (disfrutando de la familia)

Algo que también hace muy especial a Córdoba son sus coches de caballos, sus naranjos, sus zocos, o sus patios andaluces.

Alcázar de los Reyes Cristianos con naranjos

Por ello la "fiesta de los patios" que se celebra en Mayo, es otra de sus declaraciones Patrimonio de la Humanidad, junto a su casco histórico, la mezquita y el yacimiento de Medina Azahara.


Típico patio andaluz

En nuestra pequeña escapada a Sevilla elegimos el bus turístico, altamente recomendable en ciudades muy grandes, sino nunca llegas a hacerte una idea del todo de la ciudad. También es cierto que hay un límite ya que el bus no puede entrar en el casco histórico, por lo tanto es obligatorio el paseo por sus calles peatonales donde se encuentran los monumentos más importantes; Giralda, barrio de Santa Cruz, etc. Es sencillo porque el bus se coge en la Torre del Oro, a orillas del Guadalquivir. 

Giralda de Sevilla

Torre del Oro y Guadalquivir

La Maestranza 

La Plaza de España es visita obligatoria, me encanta que lleve una representación de cada una de sus provincias. A mí ya me veis... en la mía! De todos los hechos históricos de Valladolid han elegido el matrimonio entre los Reyes Católicos en el año 1469 en el Palacio de los Vivero.




En Córdoba la gastronomía muy variada, destacando el flamenquin y el rabo de toro, ideal para los amantes de la carne. Yo que no lo soy disfruté como una loca con el salmorejo y el pescaito.

Para alojarse recomiendo el hotelito "La Casa del Médico", en la comarca de los Pedroches, una auténtica cucada. Eso sí, hay que tener el cuenta la distancia que tiene con Córdoba. Preciosa decoración de típico estilo andaluz, y el trato por parte del personal más que excepcional.




            

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Hasta pronto!

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