Villa Romana de la Olmeda

La Villa Romana de La Olmeda fue descubierta en el verano de 1968 de la manera más inesperada.

Javier Cortés, propietario de la finca La Olmeda en Pedrosa de la Vega (Palencia), se disponía a realizar ciertas labores agrícolas, entre ellas la colocación del riego, cuando se topó con un bloque de piedra que resultó ser un muro. Al día siguiente acudió  provisto de un cuchillo para raspar la piedra y apareció un mosaico.

Javier, alcalde de Saldaña por entonces y anteriormente apasionado de la arqueología, dedicó desde entonces el resto de su vida a excavar el yacimiento que acababa de descubrir. Invirtió gran parte de sus bienes para investigar el hallazgo y contactó con el catedrático de arqueología de la Universidad de Valladolid.


El 1980 cedió el yacimiento a la Diputación de Palencia y se dispuso a rehabilitar la iglesia de San Pedro en Saldaña para instalar el museo, que contiene piezas pequeñas que iban apareciendo en el yacimiento.


La Villa de La Olmeda es una domus romana de 4400 metros cuadrados que perteneció a un gran señor, a un patricio. Una espléndida villa del Bajo Imperio, del siglo IV después de Cristo.

Domus mediterránea, casa con patio. Sobresalen los arcos de medio punto en torno a los cuáles se organizaba la planta cuadrada del jardín. De las 35 estancias, la gran mayoría están decoradas con 1450 metros cuadrados de mosaicos polícromos. Una auténtica joya encargada a grandes artistas.


La sala de audiencia o trabajo ocupaba 175 m2, y en sus mosaicos típicas escenas de caza, con efecto tan real que cuesta creer que sean pequeñas teselas y no pinturas. Los animales no son planos, sino que tienen volumen, con músculo. En el centro, la leyenda de Ulises y Aquiles.


Sistema de hipocausto, calefacción por el suelo, interesante ver como colocaban una pila de pilares  con un hueco entre ellas para que salieran los humos. En los baños  tepidarium, caldarium,  frígidarium,  lo que hoy en día llamaríamos spa, zona de aguas  o relax, sauna, etc. increíble y altamente interesante  visitarlo. Lo más valioso de todo ello es que pueda observarse desde su lugar original.


Lo ideal es complementar el yacimiento con la visita al Museo en Saldaña, y por supuesto recorrer sus calles y disfrutar del encanto de su Plaza Vieja que además, fue la primera plaza en la que en el siglo XII se celebró la primera corrida de toros de España.


El restaurante que elegí para comer con la familia y amigos; "la Casa Torcida". Curiosamente descubrimos que anteriormente había sido la casa  del propio Javier Cortés. Buenísima experiencia!







Comentarios

Entradas populares de este blog

Rutas y Tarifas

Año nuevo, rutas y proyectos nuevos

Valladolid, capital de la Corte en los siglos XVI y XVII