Legaris (Ribera del Duero), mis orígenes enoturísticos
Anoche tuve el honor de poder asistir en el Hotel AC Palacio de Santa Ana a la cata presentación "vinos de pueblo de Legaris" en las catas que organiza el periódico "El Norte de Castilla."
Mis inicios en el mundo del enoturismo fueron en esta extraordinaria bodega en el año 2011, como guía de turismo fines de semana y compaginando a su vez con servicios como guía oficial.
A orillas del Duero, en el término de Curiel, estratégicamente situada entre los castillos de Peñafiel y Curiel de Duero. Esta bodega que formó parte de un plan de expansión del grupo Codorníu en el año 1999 cuenta con un diseño moderno y vanguardista, obra del arquitecto domingo Triay.
Un edificio estupendamente diseñado ya que divide por un magnífico patio zen la zona de enología con la zona de enoturismo, esto quiere decir que el enoturismo tenía cabida ya desde el principio en Legaris. Cosa que no ocurre en todas las bodegas de Ribera del Duero, denominación de origen que ha tardado más que otras en adaptarse a los nuevos tiempos.
Los caldos de Legaris representan la Ribera del Duero en toda su expresión gracias al saber hacer del enólogo vallisoletano Jorge Bombín.
Anoche tuve el honor de volver a saludarle y darle la enhorabuena por el trabajo tan maravilloso que continúa haciendo.
Con los vinos de pueblo la bodega apuesta por representar la variedad tempranillo en sus diferentes parcelas de viñedo, con sus poblaciones y diferentes tipo de suelo; desde arenoso a pedregoso y más arcilloso en la provincia de Soria.
En la cata degustamos cinco fabulosos vinos, destacando dos de sus novedades; "Páramos de Legaris" y "Alcubilla de Avellaneda", qué fue este último sin duda el triunfador de la noche.
Os dejo con esta foto, con Jorge Bombín e Ione García.
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